miércoles, 3 de agosto de 2011

Capitulo 11.

Sé que he tardado en subir pero es que no tengo la más remota idea de que escribir. Aquí está el cap 11 espero que os guste por que me ha costado un huevo y parte del otro. No es nada del otro mundo pero bueno algo es algo. A leer y si puedes comentar me harías un favor enorme*-*



En una casa de Londres (POV normal)

(Tn): Ashley, baja ya –le gritaste desde la puerta-
Ashley: Ya va, ya va –dijo bajando las escaleras con las maletas a cuestas-.
Tom: ¿Siempre es así de lenta? –te preguntó acercándose a tu oído para que Ashley no os oyera-.
(Tn): Pues sí, Tom, ella es así –saliste de la casa y metiste tus maletas en el coche de Tom-.
Te subiste en el coche, tú ibas detrás y Ashley iba de copiloto. Había llegado el día, el día en que os tendrías que ir de esa casa. No sabías cuanto tiempo estarías en casa de los chicos pero te prometiste que buscarías algo en cuanto tuvieras un poco más de dinero. Tom freno y te sacó de tus pensamientos, te bajaste del coche y ayudaste a Ashley con sus maletas ya que Tom llevaba las tuyas. Tom abrió la puerta y Harry apareció bajando las escaleras.
Harry: Trae aquí esas maletas ___ (Tn), yo las subo a vuestra habitación –dijo guiñando un ojo a ti y a Ash. Vale tenías que reconocer que eso te mataba-.
(Tn): Gracias Harry –le diste las maletas que llevabas y Tom, que ya había subido las tuyas, cogió las que llevaba Ashley-.
Ashley: Muchas gracias Tom –dijo subiendo detrás de él- Me alegro tanto de que vallamos a vivir aquí con vosotros.
Tom: Aaais y a nosotros nos encanta que estéis con nosotros enana –dijo sonriéndole-
Tom y Ash subían a la habitación, mientras que tu ibas a la cocina, te morías de sed. Estabas cogiendo el vaso, cuando un dedo te rozó el cuello quitando tus cabellos de esa zona.
Danny: Hola ___ (Tn), mi nueva compañera de piso –dijo besándote el cuello-
(Tn): A las compañeras de piso no se les besa el cuello Dan –dijiste girándote hacía él-.
Danny: A esta si porque es especial –te guiñó un de sus ojos; si eso te mataba en Harry, imagínate en Danny-.
(Tn): Vale, lo que tú digas, pero déjame pasar que tengo que instalarme –le sonreíste-.
Danny: Vale, vale pase señorita –te dijo apartándose-
(Tn): Muchas gracias –dijiste dándole un beso en la mejilla-
Lo dejaste allí parado como si lo hubieran congelado mirándote mientras subías las escaleras hacía tu habitación, bueno la tuya y la de Ashley. Abriste la puerta y ahí estaba Ash sacando sus cosas de las maletas.
Ashley: Tía, ¿sabes qué?, yo creo que lo mejor que he hecho ha sido no pagar el alquiler el otro día.
(Tn): Así ¿por qué? –le preguntaste mirándola-
Ashley: Porque si, joder, ahora voy a poder estar con Doug todos los días a todas horas. Es simplemente fantástico –dijo sonriendo-
(Tn): Si seguro –dijiste cogiendo tus maletas y poniendo tus cosas en el armario-
Cuando terminaste, te fuiste a dar una ducha, ya que tenías que ir a trabajar. Trabajabas en una tienda peculiar por no decir rara. Era una tienda de disfraces y esas cosas. Saliste del baño con la toalla enrollada a tu cuerpo y te vestiste.
(Tn): Bueno chicos yo me voy a trabajar –dijiste bajando las escaleras y cogiendo tu bolso- ¿Tom me puedes llevar? –le preguntaste-
Tom: Pues claro _____ (Tn) –dijo cogiendo las llaves de su coche-
Tom te llevó hasta tu trabajo. Le diste las gracias y te bajaste. Llegaste a la tienda, y sabías que no tendrías mucho trabajo ya que, quien es el pirado que se compra disfraces para un día normal. Pero en Londres hay de todo.
Pasaste el día entre niños que no dejaban de destrozar la tienda y frikis que se probaban todo lo que veían, con estos últimos había veces que se te venía a la mente la cara de Tom. Ya habías cerrado la tienda, se había acabado tu jornada por hoy, pero te quedaste para contar el dinero de la tienda ya que la dueña era muy desconfiada y quería tenerlo todo bajo control. Estabas ya por el último fajo cuando tocaron a la puerta, te acercaste y viste que el que estaba allí parado no era otro que Danny.
(Tn): ¿Y tú qué haces aquí? –Le preguntaste mientras abrías la puerta-.
Danny: Pues es que me aburría en casa sabes –te dijo mientras entraba en la tienda- Bonito sitio –dijo mirando todo el local-.
(Tn): Danny vas a tener que esperar un momento, hasta que termine de contar el dinero si?
Danny: Pues claro, yo espero –dijo escabulléndose entre uno de los pasillos-
Tú terminaste de contar y guardaste la caja fuerte, y fuiste a buscar al pecoso.
(Tn): Dan, ¿Dónde estás? –Te giraste y soltaste un grito-
Danny pasaba a la perfección por un vampiro terriblemente atractivo. Llevaba una camisa blanca y una capa de cuello alto, se había peinado su pelo hacía atrás.
Danny: Hola ____ (Tn)
(Tn):  Dan, ¿Sabes que estás muy gracioso así vestido? –te tapaste la boca para no reírte-.
Danny: Si lo sé. ¿Y tu sabías que tienes el cuello adorable? –dijo tirando de ti hasta el probador-
Te echaste a reír, Danny se puso los colmillos y empezó a mordisquearte el cuello haciéndote cosquillas.
(Tn): ¿Dónde te clavo la estaca de madera? –preguntaste mientras lo separabas un poco de ti- ¿Justo ahí? –le diste unos ligeros golpes en la parte del pecho que la camisa dejaba al descubierto.
Danny te cogió la mano y te retuvo durante un instante. Entonces se quitó los dientes y se la llevo a los labios para besártela con ternura. Luego te atrajo hacia sí.
Danny: Creo que ya lo has hecho, me la has clavado justo en el corazón –te dijo-
Tú lo mirabas, casi sin aliento.
Danny: Qué cuello tan adorable -repitió-.
Te besó el cuello con suavidad. Te besó una y otra vez mientras, poco a poco, llevaba su boca hacía la tuya. Sus besos se tornaron más apremiantes. Tú respondías con besos más delicados. Él te apretó contra sí, te abrazó con fuerza; después de repente, te soltó y comenzó a acariciarte dulce pero a la vez fuertemente, con lentitud, todo tu cuerpo. Seguía besándote mientras sus manos cogían tus caderas y te subía a su cintura.
(Tn): Dan, Dan –le dijiste separándote de él- Aquí no.
Danny descanso su cabeza en tu pecho.
Danny: Vale, pero esto no quedará así –dijo merándote y sonriendo-.
(Tn): Venga quítate eso que ya he terminado y tengo que cerrar –saliste del probador tocándote los labios y sonriendo-.
No se iba a cansar tan fácilmente, sabías que cuando llegaras a casa seguiría con sus juegos. Cerraste la tienda y llegasteis al coche, ninguno de los dos hablo durante el viaje. Dan aparcó el coche y tú te bajaste lo más rápido que pudiste y entraste en la casa.